Y aquí quedé
Inmerso en mil pensamientos...
No se exactamente qué fue
Pero ardieron los sentimientos...
Padre, unos dicen que conversamos,
Otros que simplemente rezamos,
Uno que en monólogo andamos
Que de verdad contigo no hablamos...
Me quedé estupefacto
Lo negué en el acto...
Tu siempre respondes
A cada momento del día...
Mi diálogo contigo no es
A una hora fija...
Así no es,
Es desde que inicia el día...
En nuestro silencio
Te expresas mejor...
Con cada gesto te aprecio,
De quién me quiere, y el que no.
No es una hora,
O varias veces al día...
Es entender sesenta minutos por hora,
O veinticuatro horas al día...
Es verte en el que me desprecia
Y en el que me ama...
Es escuchar sin oídos que aprecian
Lo que nos da la gana...
¿Monólogo? ¿Cómo lo va a afirmar?
Diálogo, tendrá que ser...
Pero, ni los grandes te han podido pintar
Ni los más sabios entender...
Que ellos sigan en sus monólogos,
Quizás algún día
Descubran que conversar contigo es hermoso
Y es en cada momento de cada día...
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