martes, 12 de junio de 2012

De la mano


Hijo nunca estuviste desamparado
Siempre que pude te tomé de la mano
En cada camino, cada paso dado,
Desde que naciste, hasta los doce años.

De pequeño siempre buscaste agarrarme,
Yo siempre estuve orgulloso de tenerte,
Con el tiempo ya  comenzaste a soltarme,
Y para cruzar la calle solo a veces.

Luego, te invadía la pena tomarme
La mano, me decías que te soltara,
Que eso te daba pena, que tú eras grande,
Poco a poco vi que te independizabas

Creciste, y en su momento te casaste,
Luego, nacieron tus hijos, y mis nietos,
Jugamos, antaño días recordaste,
Ya cansado tuve que tomar asiento.

Y yo lo sé, mis días están contados,
Estoy tranquilo, me llevas de la mano,
Y me sonríes, a tu padre has honrado,
Porque en estas horas estás a mi lado.

No queda mucho más, el padre me llama,
Tomas mi mano y sonríes ampliamente,
Porque recuerdas cuando me la negabas,
Y así estuviste conmigo hasta la muerte.

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