miércoles, 27 de septiembre de 2017

Carta a mi amada...

Prólogo
Esta carta fue escrita para participar en un concurso pero como no gané la publico en mi blog... Espero sea de su agrado... Si lo desean dejen algún comentario...


Carta a mi Amada
El pasado y el futuro convergen en un sólo momento: cuando te vi por primera vez. En realidad no fue mucho, simplemente nos dimos la mano y dijimos nuestros nombres. Quizás ni me escuchaste bien y yo, pues, no estoy del todo seguro ya que una vez dije otro nombre que no era el tuyo; seguramente ahora recuerdas y ríes. Sí, pensar ahora que tu nombre lo he dicho mil veces, como acróstico de poemas de amor y a cada persona que de la que he hablado y hablo sobre ti.El camino que hemos recorrido juntos ha sido uno no tradicional, nos hemos conocido como quizás dos grandes amigos no se conocerán jamás. No lo sé, no estoy seguro al cien por ciento, pero de lo que sí estoy seguro es que nuestro amor se ha salido de las normas tradicionales que dicta la sociedad (¡estúpida sociedad!).
Cuando me hablas parece que el tiempo se torna lento, como si él mismo se sentara a escucharte junto a mí. Igual pasa cuando te hablo y entornas tus ojos para atender con más ahínco a cada cosa que digo. A veces no sé si me escuchas o simplemente estás distraída con el tono de mi voz, que en realidad a mí no me parece que sea tan melodiosa. No te rías que es verdad. Pero, esas charlas son las que me han hecho crecer como hombre, como tú hombre, como tú compañero y tú amado.

Quizás la conversación más importante fue aquella que renovó nuestro amor, aquel día que decidimos recapitular un amor que otros no entendían, que no se explicaban. El sol fue inclemente, era como si el Padre no quería perderse ese momento y se hizo espacio entre las nubes para ver de cerca y escuchar cada palabra. 
Luego, sonrío y nos bendijo, y fue tanto el amor que nos quiso transmitir que nos envió dos de sus mejores ángeles. Sí, son unos angelitos, unos bellos niños que parecen tallaron con esmero en el cielo. Y no conforme con toda esa muestra de su aprobación, nos dio una hembra y un varón.

Y pensar que creí alguna vez que no sería papá, que no podría sentir la caricia de un ser que me amara sin condiciones, que con el simple hecho de estar con él se sintiera bien y amado. Ahora, con nuestros lindos querubines siento doblemente esa alegría, como que el Padre tenía ese amor acumulado para éste mortal que esperaba con ansia ese día.Hoy doy gracias a Dios por cada cosa del pasado que me ha traído hasta ti. Tuve que recorrer un largo camino para llegar hasta ti. Y tú, pues, también has tenido que vivir lo que has vivido para llegar hasta mí. Son doscientos kilómetros que nos separaban, ¿no has pensado en eso?, yo a veces lo pienso. ¿Sabes cuántas personas deben vivir entre esos doscientos kilómetros? La verdad no tengo idea, ni me importa, no te rías que es verdad, pero si nos ponemos a pensar y calculamos la probabilidad de habernos conocido pues debe ser un número muy pequeño. Pero el Padre no cree en probabilidades, si lo tiene dispuesto, se ejecuta.Nuestro camino ahora lo vamos trazando, con cada diálogo, con cada decisión y con cada oportunidad. Todo es incierto, pero está bien, no hay que temer al futuro. Y nuestros hijos, bueno, seguramente nos estarán llevando los nietos para cuidarlos, ¿nietos? Te preguntarás, sí nietos, aunque apenas nuestros bebés pronuncian monosílabas, en un abrir y cerrar de ojos se nos gradúan, se casan y serán papás. ¡Vaya! Creo que adelanté demasiado la película, pero será así, y no me inquieta ese futuro ni ningún otro que pueda suponer, y ¿sabes por qué mi amor?, porque sé que tú vas a estar ahí.

¡Feliz miércoles!

No hay comentarios:

Publicar un comentario